Esta ruta parte de la localidad de San Martín de Trevejo (620 m.), declarada de Interés Histórico Artístico. En primer lugar ascendemos a la carretera, para ello, tras cruzar el puente situado junto a la fuente de los Tres Caños, en la calle Los Caños subimos a la izquierda por la empedrada avenida Chafaril, la ruta llega a un camino que entre huertas y olivos cruza la carretera que baja del puerto de Santa Clara y por donde viene también el GR 10.
Tomando en dos ocasiones los caminos de la izquierda, menos marcados, se encuentran tramos con una fuerte pendiente. A través de un bello bosque de castaños iremos ascendiendo hasta llegar a la altura de la carretera que comunica Villamiel con San Martín de Trevejo. En este tramo podremos observar algún castaño centenario. El GR realiza la bajada por el camino que parte a la derecha y, pasada una cruz de piedra, se entra en Villamiel.
Este municipio esconde en su interior una localidad atractiva, tranquila, con rincones urbanos deliciosos y una excelente gastronomía. Un paseo por su casco nos mostrará bonitas callejuelas. Hay que destacar su Plaza Mayor y la Iglesia de Santa María Magdalena (S. XVI), en cuyos muros se pueden observar las curiosas inscripciones de los canteros que te harán reflexionar sobre el sentido de la vida y el particular sentido del humor que tenían
Información de las poblaciones por las que pasa el sendero:
Declarado "Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Histórico Artístico", es sin duda la joya de la Sierra: arquitectura muy bien conservada, vetustas casas solariegas blasonadas, plaza porticada, Iglesia parroquial de San Martín de Tours, con tablas del Divino Morales, convento franciscano de San Miguel (s. XVI) y actualmente Hospedería de Turismo de categoría superior. El agua, bien preciado, baja cantarina por sus calles en arroyos cristalinos. "Xálima" preside esta impresionante localidad y el castañar del Puerto de Santa Clara o de los Ojesto es la alfombra natural que le acompaña. Aquí también "A Fala" es la lengua hablada característica de sus habitantes , reconocida como Bien de Interés Cultural (BIC) por el Gobierno de Extremadura, compartida con sus vecinos de Valverde del Fresno y Eljas.
Rodeado de huertos, viñas y olivos aparece el pueblo más alto de la comarca (733 m). Este municipio esconde en su interior una localidad atractiva, tranquila, con rincones urbanos deliciosos y una excelente gastronomía. En su arquitectura urbana destaca el Palacio del Deán José de Jerez (s. XVII) y la Iglesia de la Magdalena (s. XVI), en cuyos muros laterales aún pueden leerse hoy curiosas inscripciones de los canteros que te harán reflexionar sobre el sentido de la vida y el particular sentido del humor que tenían. A lo largo del pueblo se conservan diversas muestras de arquitectura popular con sus balcones de madera o solanas. Nos encontramos también con las Ermitas de la Piedad y de la Soledad.